ejercicio XVII, o del poder de la luz solar (fotopolímero+emulsión de fotopolímero)


heliograbado por emulsión de fotopolímero: S/T



Sigo con mi temática de la angustia vital. En esta página comentaré dos ejercicios, pues la técnica es la misma, aunque se llega a ella con materiales algo diferentes.

Dándole vueltas a la Vanitas me surgió la idea tan del Barroco de incluir calaveras en mis trabajos. Hasta ahora había estado muy implícita la idea del dejar de ser, ahora surge la prueba del haber sido. La enseñanza para el futuro. Pero hete ahí que me vienen frases del pasado "de la cuna a la tumba..." y me digo, ¿porqué no? y junto a una calavera introduzco un biberón, o un carrito de bebé. Pero no me parecía suficiente y quería dejar algo más de moraleja...y me acordé del muñecote que se pone como inocentada en la espalda a los incautos y que los definen como inocentes...Inocentes somos todos ante la vida e inocentes, a pesar de todo, nos vamos de ella. Quería dejar algo de cinismo y la idea de criticar las ínfulas a las que es procribe el ser humano, más si quiere convertirse en artista (qué risa...artista!!, pues no es fácil empresa ésta!!) me llevaron a meterle una sombra enorme a este pequeño monigote inocente que se considera un portento de la creación. Sólo vanitas, sólo pura especulación, demasía ante la nada, puro espejismo...Patricia, con buen tino me aconsejó unas variaciones a mis bocetos, que fueron varios, sobre todo que introdujera el motivo del laberinto, que considera muy propio de mi temática. Así lo hice.



Pero la angustia vital no sólo es reflejo de la actitud ante la certeza de lo precario de la existencia, sino que hay más motivaciones...¿Porqué no podemos ser como nuestra naturaleza nos pide? ¿porqué hay que ocultar rasgos de nuestro carácter? Se produce sufrimiento cuando tenemos que alienarnos al autocensurar determinados rasgos que para el común se podrían definir de "oscuros". Esta visión, este mensaje, creo que muy explícitamente está contenido en el segundo ejercicio de la misma técnica, que cierra la asignatura de Grabado II. Que cada cual saque sus conclusiones si le apetece. Yo seguiré jugando al equívoco...

El primer motivo lo he usado para la plancha de fotopolímero ya preparado. Es una plancha metálica que ya lleva aplicada la emulsión y viene empaquetada bajo plástico completamente opaco, pues es sensible a la luz. Se puede usar como fotolito (el original a traspasar) bien el true grain que es una especie de hoja en formato a4 con textura por una de sus caras o una hoja a4 de polímero que tiene el aspecto de papel vegetal. Para ambos casos se puede usar todo tipo de tintas y lápices, ceras, bolígrafos, etc., teniendo presente que necesita un espacio de tiempo prolongado para que seque las tintas más líquidas como acuarela o tinta china o aplicar aire caliente por abajo del dibujo. Para este primer trabajo he elegido el polímero que recuerda al papel vegetal y he usado rotuladores de tinta tipo rotring, rotuladores de tinta de punta gruesa y carboncillo en polvo fijado con fijativo que le ha dado cierta textura. Para la zona de fondo que lleva el motivo del laberinto he usado metacrilato con la técnica de punta seca, puesto que va a llevar dos tintas y requiere dos planchas para un único estampado.

Realizado el dibujo sobre el polímero (con esta técnica no hay que dibujarlo a la inversa) se procede a insolar la plancha de fotopolímero para ello en sala con luz tenue artificial donde exista máquina insoladora procedemos a eliminar el plástico que lo cubre, despegando el film de protección transparente que lo aisla y aplicándole algo de polvo de talco con un algodón limpio sin que dejemos huellas. Elminaremos el exceso de talco con un paño de algodón limpio. Procederemos a limpiar el cristal de la tapa de la insoladora con alcohol por ambas caras, a fin de evitar que se señalen posibles manchas o motas de polvo que en aquel hubieran. Lo colocaremos en su interior y sobre él pondremos un polímero con impresión de trama, que venden en los comercios especializados, cerraremos, aplicando el vacío en insolaremos por el espacio de tiempo necesario según las pruebas que hayamos realizado con anterioridad. A pesar de la pantalla protectora, se aconseja no permanecer junto a la insoladora mientras esté funcionando y aún menos mirar hacia su luz. Una vez insolada la trama, la extraemos y colocamos el polímero con la cara positiva en contacto con el fotopolímero. Volvemos a cerrar la tapa, provocar el vacío e insolar por el espacio de tiempo que la experiencia nos dicte (por ello hay que hacer pruebas de grises con tiras del producto con anterioridad). Se extrae la plancha y se pasa a una bandeja de plástico donde la sumergiremos durante un minuto para que se revele. El revelador es simple agua. Podemos ayudarnos de una algodón para aplicarla. Iremos viendo como aparecen los detalles del dibujo. Si nos pasamos del tiempo, los negros se harán muy intensos y los matices delicados que se consiguen con esta técnica se perderán. Si, por contra, no aplicamos bien el proceso de revelado, apenas se notará el dibujo. Una vez revelado, se seca con paño de algodón limpio y se le aplica el aire de un secador de pelo para eliminar la humedad y  se deja quince minutos secar mediante corriente de aire caliente indirecta en total oscuridad para que vaya endureciendo. Tras esto se aconseja dejar la plancha bajo los rayos solares directamente durante al menos 15 minutos para que endurezca el fotopolímero. Ya podemos entintar. Se hace a la poupée y se elimina muy bien la tinta, sobre todo con papel de seda. La experiencia me ha enseñado que, aunque la plancha parezca limpia del exceso de tinta, hay que insistir pues retiene muy bien la tinta. He usado aquí tinta transparente mezclada con la negra para acercar su calidad a la transparencia del carboncillo en polvo.

insoladora con tapa de protección y fotopolimero colocado

insoladora aplicando rayos ultravioletas

terminando el secado tras el baño de revelado

aplicando aire caliente indirecto al abrigo de la luz


Tras ello y haber estampado, he preparado la segunda plancha de metacrilato a la punta seca con un azul mezclado con transparente y aceite de linaza y la he colocado sobre el papel previamente estampado en grises. Como las dos planchas son de distinto tamaño y dejan marcas del borde aún teniendo mucho cuidado, opto por cortar la estampa "a sangre", aunque dejo pruebas de estado sin cortar y también sólo con la primera impresión.


heliograbado por plancha de fotopolímero: S/T

prueba de estado de la plancha de polímero



El segundo trabajo lo haré sobre plancha de cobre a la que habremos aplicado con rodillo la emulsión de fotopolímero. Para ello, preparada como en anteriores ejercicios, aplicamos sobre un cristal bien limpio y liso una parte de la emulsión, de color azul, que vendrá ya preparada por la tienda especializada que nos la suministre y la extenderemos ayudándonos de rasqueta y rodillo siempre más ancho que la plancha. Una vez que esté uniformemente extendida sobre el cristal y el rodillo la haya cogido, la aplicaremos en varias pasadas sobre la plancha sin perder mucho tiempo, pues endurece con cierta rapidez, quedado el resultado óptimo si la superficie del cobre queda cubierta homogéneamente y sin calvas con la emulsión. A mayor capa de emulsión, mayor dureza y más tiempo de insolación, por lo que no hace falta insistir demasiado. El cristal se limpia con alcohol y el rodillo en una solución de agua y sosa. Esta misma solución será la que nos sirva posteriormente como revelador para la plancha insolada. La plancha debe quedar a oscuras durante unos 20 minutos mínimo con una corriente indirecta de aire caliente a fin de que termine de secar y endurecer. No aplicar los dedos. Una vez hecho esto se sigue el mismo proceso de insolación que con el ejercicio anterior, pero no se le aplica talco y el tiempo de exposición tanto de la trama como del dibujo varía respecto del anterior. Aquí he usado el papel true grain en formato A5.

plancha de cobre de un compañero tras ser insolada y revelada


Una vez insolada, la plancha se pasa inmediatamente a revelar y luego se aclara con agua y se mete en el mordiente como las planchas de cobre anteriores. Hay que vigilar el proceso de mordida y controlar la calidad de éste. Normalmente cuando se empieza a levantar la emulsión debemos sacarlo. Podemos aplicar bloqueante tipo laca de bombillas para evitar que siga actuando el mordiente sobre ciertas zonas. En mi caso, al no morder algunas zonas de grises muy leves, he optado por limpiar la plancha del resto de emulsión y aplicar fijativo para carboncillo en spray para realizar una aguatinta en algunas partes. La emulsión se elimina aplicándole alcohol y dejando que actúe unos segundos sobre la misma reblandeciéndola antes de eliminarla mediante frotado.

Se entinta a la poupée y se estampa como cualquier plancha de cobre, habiendo previamente tratado los biseles al igual que en ocasiones anteriores. El resultado encabeza esta página.




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