ejercicio XIII, de cómo con paciencia, química y arañando se obtienen imágenes expresivas (aguafuerte)




Aguafuerte: "En mi interior"


Comienza un nuevo curso y con ello la andadura de un nuevo capítulo. Ahora nos dedicaremos a las técnicas de grabado indirectas, basadas en el uso de productos químicos para realizar mordidas al metal que conformarán las hendiduras que rellenaremos de tinta, como ya se hizo con la punta seca. Yo distingo estas técnicas de las anteriores diciendo que éstas son químicas en contraposición a aquellas que son físicas.

En primer lugar, deberemos conseguir una plancha de cobre. Yo he usado una de tamaño A5 o cuartilla. También deberemos preparar la solución química que actuará de mordiente. Para ello, necesitaremos un lugar especialmente acondicionado con ventilación y agua corriente, así como varias bandejas de plástico donde contener el mordiente.

Hay varios tipos de mordiente que se suelen usar normalmente, pero aquí sólo explicaré el que hemos realizado en clase. Para una mayor información sobre este tema se puede consultar la bibliografía que dejo más abajo.

Otra cuestión de vital importancia es la de la seguridad. El uso de productos químicos sujetos a reacción obliga a utilizar todo tipo de utensilios, que nos ofrezcan la seguridad de nuestra integridad física sin riesgos para la salud y también para el medioabiente. Por tanto, es necesario el uso de máscara con filtros para gases inorgánicos y orgánicos, gafas de protección, bata o peto para proteger la ropa de salpicaduras y uso de guantes gruesos apropiados, que pueden ser los que se venden para fregar la vajilla y son suficientemente resistentes. Sin esto ¡¡¡NO SE PUEDE MANIPULAR PRODUCTOS QUÍMICOS!!!

La plancha de cobre que venden en el mercado suele venir protegida con plástico adhesivo por una de sus caras. Esto evitará arañazos e imperfecciones producidas en la superficie, que luego pueden pasar al papel. Si nos la proporcionan sin ese adhesivo protector o aún con él tiene arañazos que se observan a simple vista, debemos proceder al lijado de la plancha usando lijas de agua de diferente grano. Hemos usado de 1000, 1200 y 1500. El lijado debe hacerse bajo un chorro de agua continuo, pues en caso contrario arañaremos aún más la plancha.

Posteriormente hay que proceder a un desengrasado concienzudo de la superficie que vamos a trabajar. Este paso es IMPRESCINDIBLE si queremos no ver nuestro trabajo posterior arruinado. Para desengrasar la plancha de cobre usaremos una mezcla de blanco de España y vinagre. Su preparación es fácil. Cogemos el polvo de blanco de España en un recipiente de cristal que pueda ser tapado y le añadimos vinagre e iremos removiendo hasta que se produzca una pasta cremosa. Entonces la aplicaremos con un paño de algodón bien limpio, teniendo cuidado de no poner los dedos encima de la superficie o llevar guantes que eviten que apliquemos la grasa de los dedos a la plancha. Hay que aplicarla por igual por toda la superficie que vamos a trabajar. Por supuesto, la cara posterior no hay que desengrasarla. Para saber si está bien realizado el trabajo, debemos poner la plancha bajo un chorro de agua constante no muy fuerte y observar que el agua llega a todos sitios por igual sin excepción. También si la ponemos en horizontal el agua debe llenar toda la superficie como si fuera un espejo. Si esto no ocurre hay que volver a aplicar la pasta desengrasante. Una vez desengrasada y libre de residuos de dicha pasta, se procede a aplicarle con un difusor una mezcla - que evite la oxidación del metal desnudo- que habremos preparado de vinagre y sal, mejor si la tenemos preparada unas horas antes para que la sal se haya disuelto bien en el vinagre. La proporción es variable, habiendo usado en nuestro caso un puñado de sal por cada medio litro. Se ha de enjuagar con agua y secar totalmente con paño limpio o papel de cocina. No aplicar los dedos encima o tendremos que comenzar de nuevo.










Bien, es el momento de hablar un poco del mordiente que vamos a utilizar. Este año se ha pretendido ser lo más respetuoso con el medio ambiente posible y también con la salud. No se emplean ácidos en ninguno de los procedimientos químicos que explicaré en los sucesivos capítulos, sea cual sea la técnica, sino mordientes salinos no tóxicos en forma de disolución. Hemos optado por el mordiente de Edimburgo -disolución concentrada de  cloruro férrico, ácido cítrico y agua- porque además de ser más seguro y ecológico, evitamos los inconvenientes de otros mordientes. Sus componentes son fácilmente adquiribles sin necesidad de permisos especiales y sin buscar tiendas muy especializadas, además apenas desprenden gases nocivos y evitamos la formación de residuos sobre el metal mordido (algo típico del cloruro férrico si no se le añade ácido cítrico que no es más que el zumo de limón, obtenido en polvo en establecimiento de productos alimenticios). Para una mayor información me remito al Manual de Alfonso Crujera, cuya referencia estará al final de esta página.

Siguiendo con el discurso respetuoso con el medio ambiente, hemos usado como bloqueante del mordiente un barniz duro acrílico, marca Vallejo (como tiene un color blanco lechoso, le hemos añadido algo de tinta china para que el trabajo tanto de pasar el boceto a la plancha como de mordida sean lo más visibles posible). Otros han usado el barniz clásico duro y graso tipo Charbonell. La plancha debe estar ya totalmente desengrasada. Se aplica un poco de barniz con una paletina de gomaespuma o si no se tiene, de paletina de pelo muy fino. No es conveniente insistir mucho ni dar varias manos, pues las líneas finas que se dejan al pasar suelen desaparecer a los pocos minutos. Hay que dejar endurecer sin aplicar calor (cogerá un color miel oscuro mate o incluso marrón oscuro o negro, según el barniz usado).

plancha de cobre preparada con barniz acrílico

A continuación se pasa el dibujo con calca, o bien se aplica directamente si somos muy habilidosos o queremos crear sin boceto previo. Yo he usado papel de calca amarillo, que deja un trazo definido. Luego se levanta el barniz en aquellas zonas en que queremos que actúe el mordiente para que marque el trazo. Se hace con una punta seca o cualquier instrumento que tenga capacidad incisiva, pero se ha de insistir que sólo debemos levantar la capa de barniz, no realizar una incisión en el metal, pues la mordida sería más agresiva.

Hay dos formas de hacerlo: bien pasamos todo el dibujo, es decir, levantamos todo el barniz necesario de una vez y luego vamos tapando aquellas zonas que necesiten una mordida más leve con un bloqueante, como la laca para bombillas; o bien, vamos desnudando progresivamente el cobre desde la líneas más profundas -las que luego tendrán un negro más acusado en la estampación- hasta las más suaves. En ambos casos se ha de controlar muy bien el tiempo de exposición al mordiente, apuntándolo en una libreta y se ha de controlar la calidad de la incisión del mordiente, mediante la observación directa de cada línea con un cuentahilos. Lo mejor es hacer una tira de prueba con distintos tiempos y distintos trazos. En mi caso he usado el método de empezar paulatinamente a descubrir desde las líneas más profundas a fin de evitar el uso del bloqueante, pues mi dibujo está basado en la línea con varios grosores y es difícil controlar el bloqueante en zonas donde las distancias son muy pequeñas.

 Tengo que decir que a algunos compañeros se les levantó involuntariamente en algunas zonas el barniz acrílico cuando estaban aplicando la punta seca, sin duda debido a que el desengrasado de la plancha no había sido el adecuado. Si ello ocurre y la zona es amplia, lo mejor es no correr riesgos y eliminar todo el barniz y empezar desde cero. A mí se me levantó una pequeña zona, pero cuando llevaba ya muchas sesiones de mordidas y por agotamiento del propio barniz. Usé como bloqueante entonces un lápiz graso de los que se usan para pintar ojos.

se levanta el barniz con un instrumento incisivo sin arañar el metal


levantado del barniz mediante incisiones lineales. A la derecha laca de bombillas como bloqueante

Una vez que tenemos realizado todo el dibujo o aquellas zonas o líneas que van a ser mordidas desde el comienzo, hay que proteger el reverso de la plancha y los cantos del mordiente. Para ello usamos laca de bombillas, aplicada con una pequeña brocha en los cantos y cinta adhesiva tipo carrocero de pvc en el reverso, dejando una amplia franja que sobresalga para que nos facilite la extracción de la plancha de la bandeja de plástico donde la habremos sumergido horizontalmente y donde se encuentra el mordiente.

fijado de cinta adhesiva de pvc en el reverso de la plancha con una banda más ancha para facilitar su extracción del mordiente

Llega el momento más delicado de todo el proceso: la mordida o exposición del cobre no recubierto de barniz a los efectos de la disolución que actúa como mordiente. En mi caso los tiempos han ido de 6 en seis minutos, habiendo quedado sucesivamente más expuestas aquellas zonas o líneas que requerían un negro más intenso en la estampa. El máximo de tiempo total está alrededor de 120-130 minutos para el negro más intenso.

barniz levantado en exceso por efecto del mordiente. Se bloquean las zonas para que la mordida no sea excesiva


Si nos hemos pasado en la mordida en alguna zona -lo que podremos observar con el cuantahilos- deberemos aplicar un spray fijativo de carboncillo o laca del pelo a una distancia de unos 20 cms, ya que dicho spray contiene gomalaca y su fijación se hará mediante microgotas que formará una malla con micro huecos. Se pasará unos minutos por el mordiente y éste provocará una superficie texturada de micropuntos en la zona con exceso de mordida, lo que facilitará que la tinta se adhiera y evitará calvas en la estampación.

Una vez efectuado el proceso de mordida y comprobado con el cuentahilos que éste ha sido adecuado, se procede a eliminar el resto del barniz. Si se ha usado un barniz tradicional duro como el tipo Charbonell, se usará aceite tipo Novosol o similar. Si, como nosotros, se ha usado el barniz acrílico se sumergerá unos minutos la plancha en una solución de agua destilada y sosa. Esto ablandará la capa de barniz y se podrá eliminar fácilmente con el mismo dedo. La laca de bombillas se elimina con alcohol.

eliminación del barniz acrílico mediante su inmersión en solución de agua y sosa


Una vez eliminado todo el barniz y, en su caso, el bloqueante, se procede a limpiar bien los cantos y se elimina la cinta de carrocero del reverso, quitándose los restos de adhesivo con alcohol.

Es el momento del biselado de la plancha. Algunos grabadores prefieren hacerlo antes del proceso de mordida. En nuestro caso hemos optado tras él, para evitar tener que trabajar mucho si los cantos han sufrido mordidas no controladas. Se bisela en ángulo de 45º para evitar que la plancha con el peso del rodillo del tórculo rasgue el papel y las mantillas.

Se procede en primer lugar a un limado de los cantos y de los ángulos de la plancha con una lima para metal.  Apoyaremos la plancha en una superficie lisa y para que no se mueva usaremos sargentas o tornillos apresadores, teniendo cuidado de preservar el metal de la plancha con tejido o plástico para que no queden huellas con la presión. El limado dejará una huella característica en el metal, huella que hay que eliminar pues en caso contrario se depositará la tinta en sus huecos y nos manchará el borde de la estampación en el papel. Para ello usamos lija de agua de varios números de grosor: desde 1200 a 2000, ayudándonos con una superficie dura y totalmente regular, como un taco de madera. Los cantos deben quedar lisos y suaves al tacto al pasar la yema del dedo. Después hay que pasar el bruñidor para asegurarnos que toda la superficie ha quedado homogénea y sin ninguna huella.

uso del bruñidor para suavizar los cantos biselados


La plancha está lista para el entintado. El entintado se hará a la manera de la punta seca, esto es, una vez preparada la tinta se aplicará con rasqueta o muñequilla de tarlatana, cuidando bien de que entre en todos los huecos realizados en el proceso de mordida. Se eliminará el sobrante mediante el uso sucesivo de papel absorbente de cocina, papel de periódico, papel tipo biblia o guía de teléfonos, tarlatana muy suave -cuidado aquí, pues nos podemos llevar la tinta de los huecos- y se termina limpiando con papel de seda y, en su caso, blanco de España aplicado en la yema de los dedos. La experiencia nos dirá cuando estamos haciendo un buen limpiado de la tinta sobrante. También podemos usar el entintado como si de una plncha en relieve fuese, usando el rodillo de entintar o con ambos métodos, esto es, en hueco-relieve.

eliminando el exceso de tinta tras el entintado de la plancha de cobre


El papel debe estar sumergido en agua al menos quince minutos. Hemos usado papel Mitchell, por ser de buena calidad y muy flexible, idóneo para este tipo de técnica en hueco. Se ha de secar muy bien antes de su estampación.

La presión del tórculo es también muy importante y la experiencia nos dirá la más adecuada. En este tipo de técnica, donde se usa plancha de cobre, se pueden hacer tiradas muy amplias, que no son posibles con la punta seca, por ejemplo.

Hablando con Patricia, la profesora, sobre la temática que iba a tratar este curso me propuso seguir la misma que tenía en los trabajos anteriores: la angustia vital. Pues bien, en este primer grabado intento expresar algunas de mis propias angustias y saco afuera parte de mi interior.

¿Quién no ha sentido alguna vez que su alma se parecía a un laberinto? ¿Quién no tiene fantasmas, obsesiones? ¿quién no siente su conciencia vigilándole a veces? La simbología del grabado en cuanto a su significación se la dejo al espectador. A pesar del ejercicio de desnudez, siempre hay que dejar algo para la intimidad...


Libros recomendados:

IMPRESCINDIBLE PARA TODAS LAS TÉCNICAS INDIRECTAS. Crujera, Alfonso. Manual del Grabado electrolítico no tóxico. Las Palmas2008.

UN CLÁSICO.  Chamberlain, Walter. Aguafuerte y Grabado. Ed. Hermann Blume. Madrid. 1995.


Webs interesantes:

artista belga que trabaja esta técnica   http://chantalsallustin.artgraphique.be/gravures/

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